PROBLEMÁTICAS DE INVESTIGACIÓN

El punto de partida de mis investigaciones es una tesis de historia sobre económica industrial (1966) y sobre las industrias textiles y metalúrgicas en la región Dauphiné (1650-1789) en una problemática más bien “Pérrousienne ( F Perroux), como legado de mi maestro Gérard de Bernis, que no marxista, puesto que mi relación al marxismo en aquel momento era de una índole más política que económica.

1. Un motor progresivo y permanente de mi investigación: ‘ la critica de la economía política’ basada sobre las “exterioridades” de la economía y negando a la economía cualquier tipo de autonomía, tanto en los dispositivos de la “economía política marxista” como en los de la “economía política neo clásica” (también llamada “ estándar”).

En los países occidentales de los años 1950-1980, las distintas versiones del ‘marxismo’ (desde el ‘capitalismo monopolista de estado’, tan querido por los partidos comunistas, hasta las expresiones trotskistas o maoístas, …), a pesar de sus oposiciones a veces violentas, se referían todas a una creencia fundamental, la potencia absoluta de una economía ‘autónoma’ , expresada en la economía política marxista, y basada sobre el binomio ‘fuerzas productivas (capital y trabajo)/relaciones sociales’. Las diferencias ideológicas se manifestaban en el terreno de la relativa importancia de cada rama del binomio. La versión neo-clásica de la economía no era muy diferente en cuanto a la autonomía de la economía aunque el mecanismo fuese totalmente distinto con la omnipotencia del cálculo económico racional del individuo perfectamente informado. Hemos olvidado que este economía neoclásica fue moribunda en el ámbito universitario francés durante los años setenta frente al dinamismo de los varios marxismos entonces existentes. La corriente ‘Althuseriana’ (Louis Althusser) dió lugar a un gran barrido del marxismo tradicional vehiculado por los partidos comunistas y demás, con la emergencia de un marxismo “ estructuralista” que alimentó el pensamiento teórico universitario de los años 1960-1970. El estructuralismo marcó mis problemáticas de investigación en el campo de la economía internacional, economía industrial, economía del trabajo… No obstante, el marxismo estructuralista olvida que todas las obras económicas de Karl Marx exponen un subtítulo ‘ Crítica de la economía política’ en una dualidad de pensamiento frecuentemente desconocida: por un lado Karl Marx intenta llevar a su punto máximo el análisis de la representación de una economía capitalista ‘autónoma’ y omnipotente sobre su tiempo, y eso en un dispositivo de análisis de tipo “ economía política”, y por otro lado se esfuerza a destruir poco a poco los principios a través de unos pensamientos, por cierto fragmentarios, pero también en sus obras políticas ( cf. “ Luchas de clases en Francia; “ El 18 de Brumario”, “Crítica del programa de Gotha y de Erfurt” etc…). Con varios autores (C Benetti; J. Cartelier; S. de Brunhoff y otros) hemos instituido poco a poco un marxismo ‘crítica de la economía política’ (cf. por ejemplo nuestra colección ‘Intervenciones en economía política’ en la Editorial Maspéro) basado principalmente sobre las ‘exterioridades’ de la economía (exterioridades que no están reproducidas en el seno de la economía, pero que esta sí consume y sobre explota , lo cual no está tomado en cuenta por la economía política):
  • Exterioridad de un salariado salido del taller doméstico, exterioridad de la fuerza de trabajo llegada de un fondo común, él de la potencia productiva del trabajo,
  • Exterioridad de los recursos naturales, tierra, materias primas, materias energéticas agotables,
  • Exterioridad de la moneda.
Este análisis plantea la exterioridad de muchos variables de repartición, considerados como elementos integrantes de la economía política, sea heterodoxa o estándar, y que son: el trabajo (w), la tierra (y), las variables de repartición vinculadas a la moneda de crédito y a su uso tal como la tasa de interés (i) y otras variables financieras, de lo cual resulta que solo la variable ganancia ( r) aparece como perteneciente al campo de la economía política. Pero esta problemática lleva consigo el riesgo de confundir los dos niveles del análisis, (cuyas trayectorias son a menudo diferenciadas en las producciones académicas).  
  • o Por un lado producir una economía política del capitalismo que cumpla con las evoluciones contemporáneas y con la necesidad de seguir las exigencias académicas del mundo universitario,
  • Por otro, edificar una ‘crítica de esta economía política’ del capitalismo, con intentos para introducir alternativas.

Mis trabajos sobre la economía internacional y las empresas multinacionales en los años 1968-1975 corresponden entonces a una construcción casi totalmente incluida en el marco de la economía política estructuralista. Mi enfoque sobre una economía internacional de las economías dominantes (1969, 1971, 1973), resolviendo los imperativos de su dinámica interna sobre un exterior dominado ( los terceros mundos), en la continuidad del pensamiento de A. Smith, D. Ricardo, K. Marx, sigue siendo efectivo, (aunque no le gusta a un autor muy de moda como P. Krugman, quién no entiende el pensamiento clásico de Smith y de Ricardo), pero le faltaba la dimensión de ‘crítica de la economía política’. Mi segundo dispositivo de análisis de la ‘internacionalización del capital’ (1975) también sigue teniendo su rabiosa actualidad en tanto que ‘economía política del capitalismo mundial’, en el cual mi postulado es la ‘crítica de la economía política’ pero sin poder conseguirla realmente. Esa relativa carencia de una exigencia ‘crítica de la economía política’ más allá de une sencilla postura de principio, aclara en parte mi relativo silencio ulterior en estos temas.
La posture ‘critique de l’économie politique’ renoue avec le champ international dans les années 1978-82 avec l’analyse des nouvelles formes de l’impérialisme liées à l’économie de crédit international, aux pratiques (déjà) de délocalisation par les firmes multinationales, à l’extension internationale du salariat, aux nouvelles formes de division internationale du travail, à l’analyse de la crise du capitalisme (déjà !), …

Mis trabajos sobre la economía industrial en los años 1966-1975 están también arraigados en la tendencia estructuralista, tal como lo expresa mi trabajo de 2001 ‘ Estructuralismo y economía industrial: historieta de un prólogo’ ( 1960-1980) que fue la respuesta a un texto de Richard Arena de 1999. Sólo las estructuras (rama, sector, sistema productivo) “determinantes en última instancia” como se solía decir entonces, eran explicativas de la actividad industrial en detrimento de la toma en cuenta del comportamiento de los operadores ( empresas, agentes económicos…).

Al contrario, la vertiente ‘crítica de la economía política’, planteada en las ‘exterioridades’ de la economía alimentó en los años 1975-1980:
  • El análisis del proceso de trabajo ( fordismo y neo fordismo)
  • El análisis de la economía industrial
  • El análisis de la economía agrícola
  • El análisis del salariado y de la industria, particularmente en sus aplicaciones al caso de Argelia
  • El análisis de la economía de crédito internacional.

Esta crítica de la economía política ha trascendido mis investigaciones posteriores (post 1980), pero articulándose a nuevas aportaciones: individualidad social y modos de socialización, y el viejo institucionalismo norteamericano.

 

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